Si tuviera que definir con una palabra lo que mi corazón está experimentando con seguridad diría: Increíble!!!!
Muchos años he escrito tratando de desmenuzar las emociones que mi corazón sentía. Mirando las experiencias que llegaban a mí revisaba las dudas, los miedos, las inseguridades, las tristezas, las pérdidas, las insatisfacciones y el llanto descargaba la angustía pero no aliviaba la falta de plenitud. El ser humano continuamente anhela, necesita, se recoge en sus miedos y la plenitud la busca en algo superior (El que se dispone a hacerlo). Buscamos al Creador basados en los paradigmas adquiridos, en la herencia familiar, las culturas, y otras veces en el vacío que alguién desesperadamente exporta de su corazón. Tantas veces encontramos a un Dios distante, ajeno, castigador, que mira desde lo alto para juzgar o señalar lo que hicímos incorrecto.
En mi búsqueda y en la irreverencia de la vida descubrí la verdad más absoluta que se me podía mostrar. La existencia ha sido una mentira. Cuántos razonamientos emitidos, cuántos conceptos aprendidos, cuántas respuestas aplicada a la experiencia de vida en la que muchas veces no nos permite asumir la propia responsabilidad.
Rotos los esquemas y con miles de pedazos de una consciencia ambigua comencé a cuestionar; ya no miraba hacia afuera, buscaba dentro de mí. Descubrí la inigualable fuerza del amor, la calma y el sosiego. Palpé tu latido que me hizo entregarme con voluntad. Mi Padre Madre estás dentro de mí.
Desmenucé tantos caminos y aparecieron en mi alma las respuestas de quién soy. Las miles de experiencias de vidas que he vivido (vidas pasadas), las emociones tan fuertes de reconocerte en mí. Me creaste desde tu propio ser. Soy un fractal de tu energía Divina. Tu presencia y amor están en mí y yo en tí.
Me permitiste venir a tener experiencias y a aprender. Me dejaste escoger lo que quería vivir; nadie me obligó. Mi alma te lo solicitó. Confiaste en mí otras veces para mandarme a misión y he venido en servicio inflamada de tí. El velo del olvido no me permitía recordar pero mi ser siempre tuvo la necesidad de encontrar tu luz.
Nebadón. Tú mi amado Padre Madre Creador: Luz, energía, espíritu infinito, benevolencia, amor incondicional, sabiduría absoluta. Somos una unidad que ahora en este despertar ha permitido que abra mi corazón y poco a poco pueda expandirlo con puro amor. Ahora entiendo que toda experiencia vivida:difícil, ligera, con dolor o alegrías, con valor o destrucción, con risas o lágrimas caídas, con miedos y desafios han sido regalos de amor; han escrito en mi libro los aprendizajes que me han permitido evolucionar. Tu Divinidad está en mí, en cada célula, en cada parte de mi ser.
Te reconozco en mí, te acepto en mí. Agradezco la exploción de amor infinito que encuentro cuándo respiro, cuándo siento, cuándo me pierdo y decido regresar. He descubierto en mi ser la unidad de almas de muchos seres de luz que sutílmente acompañan mi caminar y sólo puedo decir Gracias, los amo, me amo y acepto nuestra Divinidad. Es increíble lo que se siente cuándo te entregas a amar. Voy de regreso a casa, acompañada, guíada, amada y soy inmensamente felíz!!!!
Comments